Abrázame, que ha hecho mal tiempo para soñar nuestro amor. Y sin embargo, quiero que sepas, que yo también me duermo reviviendo todos los instantes que te nombran, que nos unen... aquellos besos impacientes, como presos en una cárcel distante, en la distancia, las promesas cercanas y lejanas, las extrañas maniobras del destino que nos hicieron coincidir en el tiempo, los ideales que comparten nuestro espacio, el encuentro que hizo posible nuestra historia, el destino que nos vislumbra caminando juntos.
Me duermo con todo ello, y no suelto nunca tu mano. Me duermo con todo ello, y retengo fuerte tu mano [no quiero que te vayas].