De mi madre aprendí que no es más valioso el que más tiene sino el que más da a quien lo necesita.
De mi madre aprendí a no desear más de lo que la vida me ofrece, sino que para ser una persona valiosa he de ver lo que yo pueda ofrecer. Cada mujer tiene un valor, no por lo que se pone sino por sus sentimientos. La ropa se gasta, el dinero se va, lo material no sirve, sólo prevalecen los valores que puedes dejar como madre y mujer.