Y... así yo te propongo, que seamos felices mientras podamos: nada eterno, nada para siempre, simplemente amarnos hasta que caiga la noche; sin poder dormir después de tantas peleas, sin saber si estás bien o si me extrañas. Querernos un poco más, y quizás un día ya no podamos vivir alejados el uno del otro, para encontrarnos y volver a ser felices, con más madurez y responsabilidad.