En cada estación del año, me sigues haciendo falta. Con tu ausencia siento que las lunas no tienen brillo, y las primaveras me parecen otoños. Mas tú eres interminable, y nunca cambias, eres perenne como la hierba, real como el sol, amado y soñado por este corazón que sólo ve a través de ti. Eres todo cuanto amo, todo el año.