La vida está llena de tropiezos que nos hacen caer una y otra vez, pero esos errores no tienen porqué definirnos. Teniendo un poco de bondad en nuestros corazones, seguro que llegaremos a ser mejores personas. Perdonemos a los que hablan mal de nosotros, como Dios nos perdona a nosotros, y no hablemos mal de los demás.