¿Recuerdas nuestros paseos por la playa? Siempre a escondidas, siempre mirando la hora... no queríamos ver llegar el amanecer, y menos tener que separarnos. Cruel fue el destino al que llegó nuestro amor. Ahora sólo queda esperar y ver si un día se reconocen nuestros pasos en la arena, y quizás volvamos abrazarnos, quizás amor mío... quizás.
Hoy caminas por donde yo te amaba, y callada pienso y me pregunto si me recuerdas... sé que sí, y así será.