Gracias por el simple hecho de yo poder amanecer respirando, por los dones que me has dado. Por las vivencias que plagaron mi corazón.
Perdón te pido por mi impaciencia, por el pesimismo que estaba abrumando mi corazón. Por los malos pensamientos. POR LA FALTA DE FE QUE HOY ASOMÁ“ MI ALMA. Sólo sigo tus designios. Sólo sé que tú quieres lo mejor para mí.