Hoy voy hablarte de adioses y despedidas contantes, cotidianas, de todos los seres en la tierra. Hoy voy hablarte de esos vacíos que vienen siempre con todas las partidas:
Cada día está repleto de adioses diferentes, las flores que marchitan, algún pájaro que emigra, acaso los amigos que parten, los besos que ya son pasados y no se reeditaran idénticos... La renuncia a un sueño muy a nuestro pesar y el adiós a los muertos queridos. Esas últimas caricias que pretendimos perpetuar inútilmente, los pasos grises y dolientes que nos aleja de las tumbas recientes, las lágrimas que se secan dejando un ardor en la mejilla... Y medito sobre el adiós: ¿son los otros los que se marchan, o nosotros que nos quedamos? ¿Cual es la medida de la distancia con los que mueren o con los que dejan de amarnos, y simplemente nos olvidan?