La vida consiste en apreciar y amar todo lo que se ha recibido en la vida, eso es algo que tuve que aprender a la fuerza, porque deseé muchas cosas que no tenía, y me preocupaba porque no las lograba obtener. Entonces aprendí a no esperar tener todo lo que me gustaría tener, pues cuando no se espera, todo es un regalo.
Desde el nacer, hasta el morir, toda la vida es un hermoso regalo. ¿Que si deseo más? ¡Claro! ¿Quién no? Pero no envidio al que lo tiene, al contrario, deseo que lo disfrute sin pensar en lo que no tiene.
Hay personas que soy muy inteligentes con las letras, saben de todo, estudian carreras difíciles, enfrentan años de lucha por conseguir lo que desean... Pero han de aprender algo que que no se puede enseñar: que la vida no está en los libros, la vida hay que vivirla. Y cuando la vives descubres que la vida no es tan simple como enseñan los libros.
La vida está llena de tropiezos que nos hacen caer una y otra vez, pero esos errores no tienen porqué definirnos. Teniendo un poco de bondad en nuestros corazones, seguro que llegaremos a ser mejores personas. Perdonemos a los que hablan mal de nosotros, como Dios nos perdona a nosotros, y no hablemos mal de los demás.
Las circunstancias de la vida, por muy negativas y desfavorables que nos sean, no determinan quienes somos. Siempre podremos controlar nuestro propio ser, evitar dejarnos llevar por la amargura o volvernos insensibles a los demás. Da igual lo injusta que nos sea la vida: no tenemos por qué responder de igual forma, en nuestras manos está ser personas positivas y buenas a pesar de todo lo malo vivido.
El amor te da algo por lo cual vivir y luchar, pero cuando se va, ¿qué te queda? Nada por lo que vivir ni vivir. Por eso, es mejor y tiene mayor mérito, vivir y luchar por lo que deseamos. El amor se puede acabar, pero quien tiene deseos por los que luchar siempre enfrentará los desafíos de la vida motivado en luchar y vivir.
